El objetivo es que los invitados a tu fiesta pierdan todas las inhibiciones, y se divierten un montón posando para fotos. Según los complementos elegijos, incluso el jefe o el abuelo más serio y gruñoso se vuelve bonachón y gracioso... Y los niños, bueno, te lo puedes imaginar...
Los kits de photocalls suelen estár compuestos de un fondo atractivo, y unos accesorios como sombreros, boas, antifaces, gafas, props, etc.. Los invitados cogen lo que quieran de los accesorios, y posan delante del fondo con ellos en la mano (o la cabeza, o los hombros...). La única regla es: ¡nada de seriedad!
Lo de hacer un photocall para tu fiesta es algo que engancha, no sólo a tí sino también a tus invitados. Al final, ¿quién no quiere recuerdos divertidos de tus seres queridos? Un photocall te hará reír mucho, el día de la fiesta y luego, cada vez que ves las fotos...