¡Una receta para una tarta rica, jugosa, sabrosa y muy achocolatada! Si te gustan las tartas densas y la combinación de chocolate con crema de cacahuete, esta tarta es para tí...
Unta 3 moldes redondos de aproximadamente 20cm de diámetro con mantequilla y forra los laterales con papel de cera.
Mezcla juntos en un bol grande la harina, el cacao en polvo, el bicarbonato y la sal.
Añade el aceite y la nata con limón, y mezcla.
Poco a poco añade el agua, batiendo en todo momento. Añade el extracto de vainilla y el vinagre, y mezcla.
Ahora añade los huevos, y mezcla bien. Tendrás una masa muy líquida. (La reacción del bicarbonato con el vinagre causa la aparición de burbujas casi enseguida.)
Divide la masa entre los moldes preparados.
Hornea durante unos 30-35 minutos. Las tartas se volverán muy negros pero no te preocupes, no quiere decir que estén quemadas. Yo me suelo guiar por el olfato: cuando la cocina empieza a oler a gloria, es que las tartas ya están hechas. Puedes comprobarlo insertando un cuchillo en el centro de una de ellas, si sale con masa cruda pegada, devuelve las tartas al horno unos minutos más.
Deja las tartas enfriarse durante unos 15-20 minutos, y luego sácalas de sus moldes, pero dejando la base. Como son bizcochos muy blanditos, recomiendo meterlos en el congelador durante unos 20 minutos, mientras preparas la cobertura. Esto les da más firmeza, y hace que sea más fácil trabajar con ellos. No te preocupes, se descongelarán enseguida cuando los sacas.
Para la cobertura, bate juntos la mantequilla y el queso hasta conseguir una crema ligera. Poco a poco añade el azúcar glasé, batiendo entre cada adición. Ahora añade la crema de cacahuetes, y mezcla.
Con cuidado, quita la base de uno de los bizcochos y ponlo en un plato para servir. Cúbrelo con una capa de cobertura de aproximadamente 5-8mm de grosor.
Coloca el otro bizcocho encima, y cubre la superficie y los laterales con más cobertura. Y si tienes 3 bizcochos (para la foto sólo hicimos 2), repite.
Ahora, mete la tarta en la nevera mientras preparas el gleis. Esto le da firmeza y hace que sea más fácil decorar con el chocolate.
Calienta el chocolate, el sirope y la crema de cacahuetes juntos en una cacerola gruesa, removiendo en todo momento, hasta que el chocolate se derrita. Apaga el fuego, y añade la nata y la leche, mezclando hasta conseguir una crema brillante y lisa.
Déjalo enfriar un poco, y con una cuchara o con una pequeña botella de plástico, echa un poco del gleis (¡o mucho, como prefieras!) encima de la cobertura, con el diseño que quieras.
Ahora, ¡a disfrutar! Es una tarta densa, con lo cual es recomendable servirlo en trozos pequeños. Obviamente, puedes repetir las veces que quieras. :)